Jaume Reus – Mallorca

– ¿Cómo nace tu proyecto musical?

Jansky es un proyecto que nace con voluntad de experimento y la intención de crear música electrónica orgánica a partir de sonidos grabados en la naturaleza, sintetizadores, la poesía de Laia Malo y mi flauta travesera.

En 2013 publicamos el primer disco, y hemos continuado investigando conceptos y procesos creativos diversos en el segundo y tercero. Los sonidos naturales han ido cogiendo protagonismo en las composiciones, tanto a nivel estético como conceptual, hasta que en nuestro último álbum, “Insecta Dance Music”, hemos decidido componer únicamente a partir de grabaciones reales de insectos realizados por nosotros mismos en Mallorca .

Para ello, hemos grabado varias especies, las hemos identificado a través de su canto y, finalmente, las hemos sampleado, manipulado y distorsionado en el estudio hasta construir la librería de sonidos que utilizamos para componer las canciones. Este proceso ganó el premio internacional Sound Of The Year 2020 en “Best studio sound recordist”, que otorgan la BBC y el Museum of Sound del Reino Unido. El disco se publicará en verano, aunque ya se pueden escuchar algunos singles en nuestro Bandcamp y en las principales plataformas digitales; y el directo es una coproducción con el Mercado de Música Viva de Vic, e inauguró la edición del festival en 2021.

-¿Qué es, para ti, patrimonio sonoro?

El patrimonio sonoro es uno de los elementos que me vinculan más estrechamente al territorio. Sirve de fuente de inspiración y aprendizaje inagotable, porque conjuga algo tan valioso como son los recuerdos (los sonidos que conocemos y relacionamos con un espacio y un tiempo determinados, y unas experiencias) con lo desconocido, porque a la vez es muy diverso, complejo y mutante.

Para mí, los paisajes sonoros naturales son una fuente de disfrute que brota muy cerca, aunque enterrada por un alud de contaminación acústica. Además, el estudio del patrimonio sonoro natural permite obtener datos científicos muy útiles para el estudio de los ecosistemas y la gestión ambiental.

-¿Qué esperas de la residencia artística? ¿Qué te gustaría investigar?

Intentaremos registrar una serie de paisajes sonoros que muestren la máxima biodiversidad posible, con especial interés en el papel del sonido en los ecosistemas y en su importancia como recurso natural.

Visitaremos varios puntos de Mallorca para registrar biofonías y geofonías que representen lo mejor posible la diversidad natural de la isla, y seleccionaremos las grabaciones más interesantes en función de la diversidad de especies presentes o la importancia ecológica de los eventos o hábitats naturales registrados .

Estas grabaciones las utilizaremos, por un lado, como herramienta de divulgación ambiental: espero que me ayuden a explicar las dinámicas de interacción sonora de algunas especies y la necesidad de velar por la salud de los espacios sonoros naturales.

Por otro lado, intentaremos crear una composición sonora que llame la atención sobre alguna de estas observaciones.

-¿Cuál es el sonido que más te inspira?

Lo que más me inspira es escuchar un paisaje sonoro natural en el que un gran número de especies canta al mismo tiempo. Ayuda a entender cómo los seres que conviven y comparten un territorio (y, por tanto, un auditorio) se han ido adaptando y afinando, para mantener un equilibrio sonoro que garantice la comunicación, para que puedan sentir y ser sentidos. Disfruto mucho explorando la vertiente estética y musical de este proceso natural y, a menudo, es el punto de partida de mi obra como creador.

-¿Cuál es tu conexión con la naturaleza?

Mi familia es de Alcúdia, un pueblo cerca de las marismas de la Albufera de Mallorca, y de muy joven ya empecé a hacer visitas solo, atraído por la gran cantidad de aves que se concentran. Estudié Ciencias Ambientales y, desde 2008, siempre he estado vinculado a la naturaleza y he trabajado en el ámbito del medio ambiente y los espacios naturales, desarrollando tareas de técnico ambiental, investigador y formador. Entre otros, he participado en campañas de estudio y conservación de ecosistemas terrestres y litorales, en la redacción de proyectos de gestión de recursos naturales o en el diseño de material didáctico y divulgación ambiental.

-¿Cuál es tu vinculación con el territorio escogido?

Llevo más de diez años experimentando con las posibilidades del paisaje sonoro natural de la isla de Mallorca.

Como creador, lo he incorporado en diversas formas a diferentes proyectos relacionados con la música electrónica, el arte sonoro y el arte-science. Como investigador científico y educador ambiental, he utilizado el marco teórico y metodológico de la ecoacústica y la bioacústica para desarrollar proyectos de investigación y divulgación a través del paisaje sonoro, como por ejemplo “Las sinfonías de s’Albufera” (unidad didáctica de educación ambiental diseñada para el Parque Natural de la Albufera de Mallorca) o el “Mapa sonoro de la Tramuntana” (un mapa sonoro virtual que permite visitar la Sierra de Tramuntana a través de sus paisajes sonoros, y que forma parte del material educativo “Las sinfonías de la Tramuntana”, desarrollado en colaboración con la asociación Tramuntana XXI https://tramuntanaxxi.com/mapa-sonor-de-la-serra-de-tramuntana ).

-¿Recuerdas algún momento único vinculado con el sonido natural? Cuéntanos.

El año pasado descubrí una nueva especie de grillo para Baleares gracias a la grabación de su canto, ¡este fue un momento indescriptible!

Conocíamos el sonido que oíamos, su canción, porque era parte inequívoca del paisaje sonoro de las noches de verano en Alcúdia, pero habíamos confundido históricamente el insecto que la emitía. Fue una vez en el estudio, analizando las grabaciones a través de parámetros bioacústicos, cuando notamos que ese canto no coincidía con ninguna especie catalogada en el archipiélago Balear… Después de una búsqueda exhaustiva y de contrastar informaciones con expertos taxónomos, pudimos corroborar que habíamos encontrado una especie desconocida en nuestro territorio: Oecanthus dulcisonans, un grillo blanco que canta subido sobre la vegetación. Haber podido aportar un nuevo conocimiento científico a través del sonido me ha motivado a seguir investigando las posibilidades y aplicaciones de la bioacústica y la ecoacústica.

-Por último, ¿qué mensaje darías a las generaciones futuras para concienciar sobre la importancia del patrimonio sonoro?

Creo que es necesario aprender a valorar el paisaje sonoro para protegerlo, porque es un recurso natural necesario para la supervivencia de una gran cantidad de especies animales. Y, entre ellas, de hecho, estamos los humanos. Durante milenios, nos hemos organizado y hemos entendido el entorno natural más cercano sirviéndonos del sonido en muchos casos; pero hoy este vínculo casi se ha roto, y los sonidos de las tecnologías (motores, máquinas, etc.) han invadido los núcleos de población y perturban también los espacios no urbanizados. Ahora vivimos “aisladas” del entorno sonoro natural, lo que representa una pérdida inmensa de riqueza cultural (conocimiento) y de bienestar, de salud física (hasta el punto de que sufrimos enfermedades ligadas a la contaminación acústica).